miércoles, 30 de julio de 2008

Zapatismo y altermundismo: Imaginación y creatividad

Teñir de colores las expresiones de resistencia o confrontación en la calle, supone ocupar los espacios públicos de la ciudad mediante riadas humanas que subsumen y engullen los signos políticos distintivos de grupos o movimientos específicos, para acabar constituyendo la imagen de una multiplicación de subjetividades políticas. Marcelo Expósito

Así se expresa el teórico de arte Marcelo Expósito respecto a las movilizaciones realizadas el 26 de septiembre de 2000 en la Plaza Namesti Miru, en Praga, en con-tra del encuentro anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). En esa ocasión la marcha partió unificada para luego dividirse en tres ramas diferenciadas por colores: la marcha azul, la marcha rosa y la marcha amarilla. (Figura 57). El FMI y el BM tuvieron que cancelar sus reuniones con dos días de anticipación.Expósito comenta que esta «práctica de señalización policroma de la diversidad estratégica» había ya sido inaugurada el 18 de junio de 1999 en el centro financiero de Londres, cuando «de forma carnavalesca», miles de personas portando máscaras de cuatro colores: rojo, negro, verde y dorado, inundaron la City, el centro financiero de Londres, como parte de la acción global contra el capital, convocada por la red internacional People’s Global Action (Acción Global de los Pueblos). En su ensayo, que presenta como «…un rodeo sobre un rodeo con la intención de plantear un marco de reflexión sobre las actuales relaciones entre prácticas artísticas y políticas...», Expósito plantea tres «Tesis sobre la desobediencia», habla entre otras cosas, acerca de la idea del «movimiento creativo», y retomando la experiencia de las revueltas del 77 en Italia, escritas por Franco Berardi (Bifo), señala que éste:Habla de una doble memoria: la del movimiento político más visible, explosivo, altamente confrontativo, y al fin dura y fríamente aplastado; y la menos evocada del «movimiento creativo que situaba en el centro de la acción política los media, la información, el imaginario, la cultura, la comunicación, pensando que el poder se jugaba en estos lugares y no en la esfera de la gran política de Estado o de la política revolucionaria»1.«Imaginación y creatividad en la desobediencia», es lo que propone Expósito en su tercera tesis. Imaginación y creatividad es lo que encontramos en las diversas manifestaciones del movimiento zapatista, que sitúa «en el centro de la acción política los media, la información, el imaginario, la cultura y la comunicación». La utopía tercera apuesta a la diversidad y a la palabra. La palabra recuperada y sobre todo resignificada, que es motor para que los diversos se comuniquen entre sí y se encuentren.SÍ, como señala De Certeau2, en el 68 se tomó la palabra sin cambiar los códigos, lo que facilitó la rápida recuperación de la misma por quienes detentan el poder; hoy los zapatistas están realizando la resignificación de esa palabra mediante la utilización de tácticas que tradicionalmente no existían en los movimientos armados. En esta resignificación de la palabra, el movimiento zapatista y con él el altermundismo han sido fundamentales. Desde su aparición pública, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ha hecho de la población su interlocutor. Primero para invitarla a sumarse a «apoyar este plan del pueblo», cuando le declaró la guerra «al mal gobierno» en su Primera Declaración de la Selva Lacandona. Posteriormente en cada una de las subsecuentes declaraciones3 ha invitado a la población «de México y del mundo» a dialogar, proponer, movilizarse y construir juntos. Desde 1994 hasta hoy miles de personas han atravesado poblados, ciudades y continentes para llegar a la selva chiapaneca a expresar su palabra y escuchar la de otros.La personalidad del subcomandante Marcos, a quien Coco Fusco llama «guerrillero intelectual», ha sido sin duda un factor importante para lograr estas movilizaciones. Más allá de su peculiar atavío, del que Fusco comenta: «…Su título militar no oculta la realidad de que la canana que cruza su pecho no es más que un homenaje a Emiliano Zapata. No cuesta mucho darse cuenta de que aquellas balas no sirven para su rifle y que, además, una buena parte de las armas de sus soldados son de fantasía»4. (Figura 2) La creatividad e imaginación de las que el subcomandante ha hecho gala en cada una de sus presentaciones, así como su manejo de los medios virtuales de comunicación, han colocado al EZLN en un primer plano. Por otro lado, cada acto que han realizado los zapatistas está cargado de simbolismo, nada es gratuito. Como señala el analista político Julio Moguel: signo, símbolo y palabra; son los ingredientes mínimos con los que los zapatistas «tejen los hilos invisibles de complejidades e identidades colectivas diversas en los territorios indígenas, (...) en la gran Ciudad de México o en el mundo»5. Una constante en todas las iniciativas zapatistas, es el intento por devolverle a la palabra su significado original, liberándola de la retórica y el vacío de contenido que el capitalismo le ha impreso a lo largo de muchos siglos. De ahí que en febrero de 1996, hayan decidido romper el diálogo con el gobierno cuando éste se negó a reconocer los Acuerdos de San Andrés que ambas partes habían ya firmado luego de largas sesiones. Argumentaron con razón, que no tenía sentido dialogar con personas que no le otorgan ningún valor a la palabra empeñada.Quizá sea esta utopía de lograr la resignificación de la palabra, la razón por la que el zapatismo se ha enfrentado a tantos desencuentros aún con el sector progresista que lo ha acompañado. No resulta sencillo cambiar los códigos con los que nos hemos comunicado hasta ahora. Se requiere una buena dosis de imaginación, entrega y sacrificio para pensar e inventar un mundo diferente.El próximo día 19 de julio, saldrá una caravana civil de apoyo a las juntas de buen gobierno que han estado siendo hostigadas por las estructuras de poder de todos los partidos políticos, quienes abiertamente les han declarado la guerra. La caravana saldrá del Distrito Federal y llegará al Caracol de La Garrucha en donde dialogarán con las bases de apoyo zapatistas para conocer más de cerca la situación que se vive allá. La presencia civil en los territorios zapatistas es sumamente importante en estos momentos en que, como señala el subcomandante Marcos «… Las señales de guerra en el horizonte son claras. La guerra, como el miedo, tiene olor. Y ahora se empieza ya a respirar su fétido olor en nuestras tierras».¡Alto a la guerra contra las comunidades zapatistas!¡Fuera el Ejército de Chiapas!Para informes o comentarios, los invitamos a que nos visiten en nuestra página electrónica: http://www.laotramichoacan .org/. Les recordamos que estén pendientes de las actividades de nuestros martes culturales que se realizan el segundo y cuarto martes de cada mes en el Café El Refugio del Juglar, ubicado en Bartolomé de las Casas número 564, colonia Centro.Pie de nota1 Marcelo Expósito, «Desobediencia: la hipótesis imaginativa», en Juan Antonio Ramírez (Ed.), Tendencias de Arte, Arte de tendencias a principios del siglo XX, p. 175.2 de Certeau, Michel, La toma de la palabra y otros escritos políticos, México, Universidad Iberoamericana, 1995.3 Fusco, Coco, «El performance latino: la reconquista del espacio civil», en José Jiménez y Fernando castro (editores), Horizontes del Arte Latinoamericano.4 Moguel, Julio, Chiapas: la guerra de los signos. Del amanecer zapatista de 1994 a la masacre de Acteal, p. 14.


FUENTE



imprimir

No hay comentarios: